sábado, 15 de octubre de 2011

CINTA DE TERCIOPELO



Amalia escuchaba la radio mientras recogía todas las prendas desperdigadas por la habitación. La falda, el jubón, el justillo, el mantón…. Guardaba amorosamente cada uno de los complementos en sus respectivas cajas, broche, pendientes, colgante…. pero de entre todos ellos había uno, que aunque ya no usaba, evocaba siempre dulces pero también amargos recuerdos, una cinta de terciopelo negro que tiempo atrás había adornado su peinado. Una cinta que regaló como prenda de amor pero que años después recuperó tras descubrir que la persona a quien se la había regalado guardaba junto a ella otros tesoros a modo de trofeo de sus conquistas. Allí en aquel cajón, quien con tanto mimo la guardó durante años, había atesorado además otras prendas que para Amalia sólo significaban mentira, deslealtad y engaño. Por eso su preciosa cinta de terciopelo negro no compartiría espacio por más tiempo con los frutos de la traición así que la rescató de su escondite y la guardó. Ahora al tomarla entre sus manos y acariciarla prestó atención a la canción que sonaba en la radio….


"Uno se cree
que las mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.

Son aquellas pequeñas cosas,
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.

Como un ladrón
te acechan detrás
de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas

que el viento arrastra allá o aquí,
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve".

Así fue, pero ya no. La inocencia, la ilusión y el amor habían dado paso a la mentira, el engaño y la traición pero ya hacia mucho tiempo que Amalia sólo nadaba entre la tranquilidad, la paz y la esperanza.

Sin lágrimas, sin dolor, guardó la cinta en su caja y ésta en el armario hasta el próximo año.

6 comentarios:

  1. ¿Dónde está ese mar donde tú nadas ahora, Amalia? ¿Está muy lejos de aquí, donde yo me encuentro? Espero que no, y sé que si no puedo encontrarlo, me ayudarás a nadar hasta él.
    Te quiero

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  2. No, no está tan lejos... aunque la travesia no es fácil. A veces la corriente te arrastra y otras los remolinos te envuelven y quieren hundirte pero con un poco de destreza y mucha valentia antes de que te des cuenta habrás llegado. Cuenta conmigo!!
    Te quiero

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  3. Hola Amalia, otra vez me dejaste perplejo con tus relatos.

    Esta vez si, quisiera tomarme la palabra para pedirte disculpas por haberme tomado tanta cercanía contigo, pero de alguna manera tu nombre y tus relatos me devuelven a la vida, un gran amor que tengo por la mujer mas especial que he conocido..... TU, me permitiste y me has permitido, mantenerla viva dentro mio.... de todas maneras muchísimas gracias por tus relatos y siempre te seguiré escribiendo aquí mientras, escribas tus relatos, pasare como un ave que mira desde lejos, pero que se acerca cuando la persona le deja la comida y se marcha.... te quiero mucho y nunca cambies Amalia....

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  4. Es precioso tu nuevo relato, Amalia. No me extraña encontrar a tant@s lector@s entregados. Yo también me rindo a tus pies, hermana, para zambullirme en las aguas que tu has nadado primero.

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  5. Nada que perdonar Albert. Celebro que mis relatos te hayan proporcionado, también a ti, un poquito de luz y esperanza. Siempre que quieras pasarte por aqui, serás bienvenido. Un abrazo.

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  6. Nada conmigo Lunatrika, a mi lado, como siempre ha sido. No podría nadar esta travesia sin ti. Tu nadas muy bien, enséñame para no perder el aliento.
    Te quiero.

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