El padre de Amalia fue abandonado por su padre cuando aún estaba en el seno materno, ni siquiera había visto la luz de la vida. Nació y creció con la figura de un padre ausente que sólo se hizo presente en su edad adulta, cuando ya no lo necesitaba, cuando el trabajo ya estaba hecho.
En la vida de Amalia, ese ser todavía por nacer fue el primer superviviente a un padre ausente.
Amalia se enamoró y se enamoró de un hombre con un padre ausente arrebatado tempranamente por la muerte. Creció sin la figura de un padre presente y su ausencia fue presencia especialmente en su adolescencia.
En la vida de Amalia, el que sería el padre de sus hijos fue el segundo superviviente a un padre ausente.
Pasaron los años y Amalia se enfrentó a la muerte que se llevó a su padre presente y la obligó a aprender a vivir con su ausencia y a extrañar su presencia cada atardecer.
En la vida de Amalia ella misma se convirtió en la tercera superviviente a un padre ausente.
Después, el padre de sus hijos eligió seguir su camino y convertirse en un padre ausente, perderse los buenos días y los besos mágicos de las buenas noches. Eligió no darles el mejor legado que un padre puede dar a sus hijos, un poco de su tiempo diario.
Muy a su pesar, Amalia vio a sus propios hijos convertirse en supervivientes a un padre ausente.
Nacer, crecer, aprender, sobrevivir…. A pesar de un padre ausente, por voluntad o porque se lo lleva la muerte.
HOLA AMALIA OTRA VEZ CON LA SUERTE DE SER EL PRIMERO EN DEJARTE UN COMENTARIO... LINDO EL RELATO DE MARZO EL DE LA AUSENCIA DEL PADRE, QUE SUCEDE, EN LA VIDA DE MUCHAS MUJERES QUE TERMINAN CONVIRTIÉNDOSE EN LA MADRE Y PADRE DE SUS HIJOS UNA PENA, OJALA QUE YO FUERA EL PADRE DE ESE NIÑO PARA PODER CORTAR LA CADENA.... BESOS...
ResponderEliminarBellísimo relato, Amalia. En este día en el que recuerdo especialmente a mi padre, ausente y muy presente a un tiempo. Bss.
ResponderEliminarComo mi segundo padre, también he aprendido a vivir sin él, sin su callada presencia, sin su tierna mirada, sin su tímido abrazo, y ahora camino con su recuerdo, cada día más vivo y desde que nació mi hija, cada vez más presente. Le hablo de su bisabuelo y le digo que está en el cielo, cuidando de todos nosotros, para eso es nuestro Angel, y ella, sin haberle conocido también le quiere.
ResponderEliminarDéjenme arrojar una lanza en pro de esos padres privados a la fuerza de la presencia de sus hijos, debido a las malas influencia de una pésima madre, cuya falta de buenos sentimientos nunca le permitirán arrepentirse del daño que está causando. Lamentablemente esos hijos lo descubrirán tarde...aunque esperemos que no demasiado!...ANITA
ResponderEliminarTambién debo confesar lo privilegiada que me siento por haber podido celebrar ese San Pepe junto a mi padre. Mis niños disfrutaron con el suyo propio, quien aseguró no sentirse merecedor de los agasajos del día, a lo que respondí: "no te confundas, se celebra el día del padre, no del marido..." ANITA
ResponderEliminarAmalia, de nuevo nos has vuelto a emocionar con tan bonito relato.
ResponderEliminarMuchos estamos orgullosos del padre que nos tocó tener.
Ahora, en su ausencia, a menudo recuerdo el momento de marcharse, agarrado de mi mano.
Emilia
Amalia, Amalia.
ResponderEliminarMe admira si está presente,
también si está ausente.
Siempre me admira Amalia,
presente y ausente.
Besos Amalia.
PD. Si no te importa, te copio la cita para reflexionar:
Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve pianista.
Michael Levine
(Escritor y hombre de negocios estadounidense)
para mi face.
Hola guapos y guapas tod@s.
ResponderEliminarPasó el dia del padre dulce y amargo a la vez, con padres que aún queriendo estár presentes no pueden o con padres que pudiendo estar presentes no quieren... Sí Anita faltaria un apartado dedicado a esos padres que se ven apartados de sus hijos por "otras influencias", quizás en la vida de Amalia también se haya dado esa circunstancia o no.... ¿quién sabe?
Felicidades padres e hij@s y gracias como siempre por vuestros comentarios y cariños.
Besitos,
Amalia, tengo una nueva entrada en mi Blog por si deseas leerla, saludos
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